Encajarlas, desatascarlas, entornarlas, abrirlas de par en par, cerrarlas a cal y canto, asomarse, esconderse... Las ventanas como mirada al mundo, al mío, que no es poco.
jueves, 22 de septiembre de 2011
Korokoro y el bizcocho de piñones.
Oficialmente, es otoño. Aunque lo mismo se ha quedado rezagado en su guarida y por eso tarda algo más en llegar. Nosotros, tan fieles, le esperamos e invocamos con nuestras armas favoritas: cuentos y bizcochos.
Korokoro es una delicia visual editada en Bárbara Fiore. Y el bizcocho una delicia comestible cocinada por Mario, Ángela y yo.
A ver si este fin de semana que dicen que saldrá de su guarida, nos recreamos soplando hojas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Enhorabuena compañera. Larga vida a Florinda, y a Korokoro, porque a ese bizcocho no le auguro yo mucho futuro, no.
Publicar un comentario